Normativa

Impactos del COVID-19 en los Estados Financieros

Impactos del COVID-19 en la profesión contable:

La pandemia generada por el Coronavirus (COVID-19), ha obligado a replantear muchos de los aspectos de la vida de las persona, de la sociedad en general:

  • Según el Banco Mundial, el crecimiento económico del Ecuador, afectado por la consolidación fiscal y la agitación social, se acercó a cero en 2019. El crecimiento será negativo en 2020, por el shock del Covid-19 y los bajos precios del petróleo
  • La crisis sanitaria afecta profundamente a las exportaciones, en nuestro país en especial, esto puede ser catastrófico si tomamos en cuenta que nuestras exportaciones corresponden producto perecibles. 
  • Muchos negocios están impedidos de operar.
  • Varias empresas, las que pueden desarrollar el teletrabajo, han necesitado hacer una inversión en tecnología para ampliar su conexión, otras muchas no han podido aplicarlo y otras más lo pudieron aplicar en los primeros días de la cuarentena pero ya no pueden seguir haciéndolo.
  • Las empresas tienen la opción de aplicar los acuerdos ministeriales MDT-2020-077 y MDT-2020-080, entre otra normativa, que permiten disminuir la jornada de trabajo, modificar dicha jornada de trabajo o inclusive suspenderla, adelanto de vacaciones, diferimiento de los pagos de remuneraciones bajo previo acuerdo, etc.
  • Las empresas de todos los sectores económicos han sido golpeadas en mayor o menor medida por la pandemia.
  • Los organismos de control (SRI, MT, Super Cias) han prorrogado los vencimientos de ciertas obligaciones, lo que genera un alivio a las empresas aunque muchos consideran que insuficiente.

Con este escenario podemos considerar que los principales impactos tienen que ver con:

  • Interrupciones en la producción de bienes y servicios, muchos de los cuales podrían perderse definitivamente.
  • Cortes en la cadena de suministros.
  • Peligros de contagio en el personal.
  • Reducción de ventas, ganancias o en la productividad.
  • Cierre de fábricas y almacenes.
  • Retrasos en expansión planeada para el negocio.
  • Imposibilidad de obtener financiamiento.
  • Incremento en la volatilidad en los valores de Instrumentos Financieros.
  • Reducción del turismo, interrupción de viajes que no sean esenciales y en actividades deportivas, culturales.

Tal es el efecto de la pandemia que el IASB celebró una reunión complementaria para considerar asuntos relacionados con COVID-19, generando las siguientes recomendaciones:

  1. Retrasar la fecha efectiva de las modificaciones a la NIC 1 (Clasificación de Pasivos como Corriente o No Corriente) hasta el 1 de enero de 2023.
  2. Extender el período de consulta en tres meses para la revisión exhaustiva de información de la NIIF para las PYMES y varios otros documentos de consulta.
  3. Se ha recomendado se incluya una exención con efecto inmediato a la NIIF 16, respecto de las concesiones de alquiler relacionadas con COVID-19. Las entidades que aplican la exención contabilizarían los cambios como si no fueran modificaciones de arrendamiento. 

El reporte en los estados financiero en épocas de incertidumbre requiere proporcionar a sus usuarios una visión apropiada de los riesgos e incertidumbres que enfrenta la entidad, lo que obliga a un pormenorizado análisis para evaluar la necesidad de incluir una serie de revelaciones de los efectos causados por la pandemia en conceptos tales como:

  • Negocio en marcha, y eventos posteriores a la fecha de reporte.
  • Deterioro de activos no financieros.
  • Valoración de inventarios.
  • Deterioro de Instrumentos financieros

 

Negocio en marcha

De acuerdo con NIIF, los Estados Financieros se preparan sobre el supuesto de que la empresa puede desarrollar su negocio en un periodo razonable, es importante la evaluación sobre si este supuesto es apropiado para la empresa en consideración eventos ocurridos posterior a la fecha de reporte, esto es: si existen incertidumbres materiales causadas por le COVID 19 que generen una duda significativa sobre la capacidad de la empresa de continuar como un negocio en marcha después del 31 de diciembre de 2019.

Al cierre de cada período de reporte, las entidades deben evaluar cuidadosamente la información disponible posterior a la fecha de reporte, pero previa a la fecha de emisión de los Estados Financieros, en el contexto de COVID 19 esta evaluación es vital.

Deterioro de activos no financieros.

El COVID-19 y las medidas tomadas para su control han generado una reducción de las entradas de efectivo futuras o tal vez aumentan los costos operativos.

Deben actualizarse las hipótesis y las previsiones de flujos de caja utilizados para evaluar el deterioro para reflejar el impacto potencial del COVID-19, utilizando el enfoque de flujos de efectivo esperados (múltiples escenarios ponderados por probabilidad) que puede resultar más idóneo para estimar el valor recuperable en un entorno de incertidumbre.

La tasa de descuento debería revisarse para reflejar el impacto la pandemia y las medidas tomadas para enfrentarla, tomando en cuenta factores como, la tasa libre de riesgo, el riesgo país y el riesgo propio del activo.

Se deberían considerar específicamente los requisitos para describir en las notas a los estados financieros las sensibilidades en el contexto de las pruebas de deterioro de  los activos intangibles de vida indefinida, entre ellos, la plusvalía

Deben tomarse en cuenta los requisitos de la NIC 1 para describir las principales fuentes de estimación de la incertidumbre, que presentan riesgos significativos de generar ajustes materiales a los estados financieros en un período posterior.

Valoración de inventarios:

Se hace necesario evaluar el valor neto realizable de los inventarios. Por posibles deterioros causados a una menor rotación de los inventarios, a precios más bajos, o los casos de obsolescencia causada por niveles de venta inferiores a los esperados.

Así mismo al no poder operar la maquinaria a su plena capacidad  (por ejemplo, como resultado del cierre temporal de líneas de producción) nos veríamos en la imposibilidad de cumplir con NIC 2 que requiere que los costos fijos de producción sean activados con base en la capacidad de producción normal. A menos que carguemos a resultados los costos fijos en exceso.

Deterioro de acuerdo con la NIIF 9 Instrumentos financieros

El COVID-19 puede impactar la capacidad de deudores, de cumplir con sus obligaciones bajo relaciones de crédito, 

En aplicación de la norma, una entidad debe medir su Provisión para pérdidas esperadas (ECL por sus siglas en inglés) de manera que refleje:

  • Una saldo imparcial y ponderado por su probabilidad, determinado al evaluar un rango de resultados posibles.
  • El valor del dinero en el tiempo; y
  • Información razonable y soportada que se encuentre disponible sin incurrir en ningún costo o esfuerzo a la fecha de reporte sobre eventos pasados, condiciones actuales y proyecciones de condiciones económicas futuras.

Dicho de otro modo, dentro del alcance del modelo de pérdida esperada, el impacto  debe considerar:

  • Si el riesgo de crédito (riesgo de no pago) ha aumentado significativamente, desde el reconocimiento    inicial, la pérdida esperada se mide considerando toda la vida del instrumento en lugar de un periodo    de 12 meses (excepto para los activos sujetos al enfoque simplificado, como cuentas por cobrar a corto plazo y activos contractuales, que siempre se miden utilizando la vida del instrumento) 
  • La estimación de la propia pérdida esperada, que incluirá: 
    • el riesgo de crédito (riesgo de no pago) que aumentaría si el negocio del deudor se ve afectado negativamente por el COVID-19
    • el importe en riesgo si el deudor no paga (exposición al no pago), ya que, los deudores afectados por COVID-19 podrían demorarse en el pago, o dejar de pagar, resultande en valores más altos en riesgo y 
    • la pérdida estimada como resultado del incumplimiento (pérdida si ocurre el incumplimiento) que puede aumentar si como resultado del COVID-19 se produce una disminución en el valor razonable de un activo no financiero otorgado en garantía.

Hay que tomar en cuenta que, incluso cuando se espera que un deudor reembolse todas las cantidades adeudadas, pero más tarde de lo estipulado contractualmente, habrá un deterioro en el crédito si el acreedor no es compensado por la pérdida del valor del dinero en el tiempo.

Dentro del contexto del COVID 19, podrían existir otras áreas en los Estados Financieros que deben tomarse en cuenta, tales como:

  • Medición al valor de mercado.
  • Incumplimientos de convenios.
  • Manejo de riesgo de liquidez.
  • Recuperaciones de seguros relacionadas con interrupciones del negocio.
  • Pagos por terminación de la relación laboral.
  • Consideraciones de contingencias por acuerdos contractuales y sus modificaciones.
  • Nuevos impuestos y contribuciones creadas por los organismos de gobierno o legislación.
  • Consideraciones fiscales (por ejemplo: la recuperabilidad del impuesto diferido activo).

Lamentablemente la pandemia no cede y las empresas deben evaluar los impactos del COVID-19 a medida que las circunstancias y los hechos evolucionen.

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